La libertad de expresión y el derecho a la información son pilares fundamentales de una sociedad democrática y justa. En todo el mundo, los ciudadanos dependen de los medios de comunicación para informarse, aprender, compartir ideas y mantenerse informados sobre los acontecimientos políticos y sociales que les afectan.
Sin embargo, desafortunadamente, muchas veces los gobiernos y otros actores poderosos buscan silenciar a los medios de comunicación que les critican o que se oponen a sus intereses. En los últimos años, hemos sido testigos de la creciente persecución a los medios de comunicación ciudadanos y en concreto, las pequeñas estaciones de radio FM. Estas emisoras, que en muchos casos son la única fuente de información independiente en sus comunidades, se enfrentan a menudo a restricciones arbitrarias, acoso y persecución por parte de las autoridades.
Especialmente sangrante es el caso del corrupto Ajuntament de Esplugues del Llobregat, Barcelona, España (Spain). Aunque protegen y financian otras radios de FM sin permisos ni concesiones administrativas se permiten perseguir a través del entramado de Urbanismo y contra una pequeña antena de radios ciudadanas de Esplugues (URBANISMO son departamentos históricos en España para todo tipo de chanchullos, corrupción, permisos si ó no, expedientes, sanciones, maletines y dinero negro y corrupto de los políticos). Esa pobre antena, ahora "descubierta" por alcaldía de Esplugues, lleva décadas cumpliendo su labor, pero al recibir órdenes de intereses oscuros de la mafia política (cáncer de la libertad en España) ahora misteriosamente parece producir y tener todo tipo de inconvenientes administrativos.
La razón detrás de estas acciones represoras e injustas es clara: el poder teme a la información y busca controlarla. Las pequeñas estaciones de radio FM a menudo son las únicas que dan voz a las minorías y a los marginados, y son un canal crucial para la participación ciudadana y la transparencia en la gestión pública. Por esta razón, el poder intenta silenciarlas, coaccionándolas con multas exorbitantes, requisando su equipo, acosando a sus miembros o incluso encarcelándolos.
La persecución de los medios de comunicación ciudadanos y las pequeñas estaciones de radio FM es una amenaza directa a la libertad de expresión y la democracia. Si no podemos contar con una prensa libre e independiente, los ciudadanos se quedan sin una fuente fiable de información y se ven privados de su capacidad de tomar decisiones informadas sobre los asuntos que les afectan. Esto puede llevar a un aumento de la corrupción, la desigualdad y la injusticia, y socavar la estabilidad y la confianza en el sistema democrático. Es fundamental que los ciudadanos se unan para defender la libertad de expresión y la libertad de prensa.
Debemos trabajar juntos para garantizar que los medios de comunicación ciudadanos y las pequeñas estaciones de radio FM tengan el espacio necesario para llevar a cabo su labor de manera libre e independiente. Esto puede significar apoyarlos económicamente, defenderlos públicamente cuando son acosados o perseguidos, y presionar a las autoridades para que respeten sus derechos y les permitan operar sin restricciones arbitrarias.
En definitiva, la persecución de los medios de comunicación ciudadanos y las pequeñas estaciones de radio FM es una amenaza directa a nuestras libertades y a la democracia. Debemos defender su derecho a operar sin restricciones arbitrarias y garantizar que tengan el espacio necesario para desempeñar su función crucial en la sociedad. Solo así podremos asegurarnos de que los ciudadanos estén informados y empoderados para tomar decisiones informadas sobre los asuntos que les afectan y garantizar la justicia y la igualdad para todos.